Hace 365 días que comenzábamos un año nuevo. La cifra redonda y bonita, 2020, un montón de actividades programadas, conciertos confirmados, sorpresas por venir… prometía ser un año muy especial ¡y vaya si lo ha sido!  No podíamos sospechar entonces que un pequeño virus iba a poner todo el mundo patas arriba… y con ello, también nuestros planes.

A pesar de todo, si hacemos balance de este 2020 que casi todos queremos dejar atrás y olvidar cuanto antes, para nuestra #FamiliaAllegro no ha sido del todo malo… o no todo lo malo que podría esperarse.  Si algo nos caracteriza es la capacidad de superar las dificultades y de adaptarnos a todo tipo de situaciones, y así lo hemos hecho también este año ante un escenario tan difícil e inesperado.

Empezamos enero con novedades: director nuevo, programa nuevo, varios conciertos previstos, y las mismas ganas e ilusión de siempre.  Ensayamos a tope durante dos meses y el 7 de marzo tocamos en Guadalajara junto con la orquesta del Conservatorio Profesional «Sebastián Durón».  Disfrutamos muchísimo del encuentro y de compartir con ellos nuestra pasión por la música, sin saber entonces que, tan solo una semana después, estaríamos todos confinados en nuestras casas.

Ante la nueva situación, sin poder reunirnos, con la confusión de los primeros días en que no se sabía apenas nada sobre qué iba a suceder y cómo sería el futuro más inmediato, decidimos no parar.  Había que “inventar” otras formas de estar juntos, de seguir aprendiendo y haciendo música a pesar de las dificultades, y nos pusimos manos a la obra.  Teníamos claro que había que mantener vivo nuestro proyecto incluso en esas circunstancias. Preparamos un “concierto virtual”, ensayando cada uno en casa y grabando su parte de una obra que después montamos en un vídeo conjunto.  Así pudimos ofrecer a nuestros habituales seguidores una preciosa versión de “Cinema Paradiso” del gran Enio Morricone a través de nuestras redes… Tampoco sabíamos entonces que lo perderíamos en julio de este mismo año y el vídeo sería nuestro particular homenaje a un músico inolvidable.

Además de seguir haciendo música – separados pero unidos en la distancia – continuamos reuniéndonos todos los sábados de manera virtual (¡qué estupendo contar con tecnología que lo permite!) en un ciclo de interesantísimas charlas en las que seguimos aprendiendo sobre todo tipo de temas relacionados con la música: ópera, directores de orquesta, psicoacústica, consonancia y disonancia, propiedad intelectual en la música, vida y obra de músicos reconocidos…  La variedad de temas y ponentes consiguió que el tiempo de confinamiento, a pesar de no poder ensayar, fuera un tiempo aprovechado, apostando fuerte por la formación – uno de nuestros principales objetivos – aunque de manera distinta a lo habitual.  Gracias a todos los que colaboraron ofreciéndonos sus conocimientos y su tiempo, y a todos los que participaron para hacer estas sesiones realmente atractivas y enriquecedoras.

Pasó el verano, una pequeña mejoría en los datos de la pandemia permitió disfrutar de las vacaciones y empezó el nuevo curso. Las circunstancias aún no hacían posible volver a reunirnos como orquesta y ensayar como habitualmente, pero volvimos a reinventarnos y decidimos reanudar los ensayos en pequeños grupos de cámara, respetando siempre las restricciones impuestas en Madrid para las reuniones: número de personas, distancia de seguridad, mascarillas, desinfección continua, espacio ventilado, etc.  Era todo un reto preparar un programa en el que toda la orquesta pudiera participar en esas condiciones pero, una vez más, lo conseguimos.  Cada sábado nos enfrentábamos a alguna incidencia inesperada, había que ir ajustando horarios y grupos sobre la marcha debido a los cierres de las distintas zonas o a bajas por diferentes causas, pero la flexibilidad y capacidad de adaptación de todos, siempre con la mejor disposición, lo hicieron posible. ¡Todos estábamos deseando volver a vernos e, incluso debajo de las mascarillas, se intuían las sonrisas de nuestros músicos al poder volver a ensayar!

Y, por fin, en noviembre, llegó el ansiado reencuentro.  Organizamos un encuentro de fin de semana con toda la orquesta en el que, además de ensayar de nuevo juntos, realizamos varias actividades formativas para seguir construyendo equipo y manteniendo el espíritu que caracteriza a Allegro, más allá de la música.  Por supuesto, requirió un esfuerzo extra de preparación para mantener en todo momento las medidas de seguridad necesarias y resultó algo distinto a otros años, pero mereció la pena.  ¡Qué ganas teníamos de volver a ser orquesta, aunque solo fuera por un par de días!

Después del encuentro, seguimos con nuestros ensayos en grupos hasta final de año, con la esperanza de poder preparar un “conciertazo” el año que viene en el que nuestro público pueda disfrutar del trabajo de estos meses. Y, como colofón de un año tan especial, todavía pudimos disfrutar en diciembre de otra actividad formativa: dos talleres de luthería, de viento y cuerda, que nos ayudarán a saber cuidar mejor nuestros instrumentos.

Gracias a nuestro director, Alberto, por su magnífico trabajo durante un año tan complicado y, sobre todo, por su eterna alegría, su disponibilidad y su entusiasmo siempre, a pesar de las dificultades. Gracias a nuestros músicos, el verdadero motor de nuestra #FamiliaAllegro, por mantener su ilusión, sus ganas, por sumarse a cada propuesta y adaptarse a cada cambio con la mejor de las disposiciones y tratando todos de seguir construyendo nuestro proyecto común. Gracias a los que nos han seguido durante el año, apoyando y compartiendo nuestro trabajo. Gracias a los colaboradores que nos han ayudado a seguir aprendiendo…  Al final, como empezábamos este balance, para nosotros 2020 no ha sido del todo malo.  Nos quedamos con todo lo bueno que también nos ha dejado, que no es poco, y que sin duda nos ha hecho más fuertes ante las adversidades, demostrando una vez más que nuestra orquesta Allegro es, más que un gran proyecto, una gran familia.

Os deseamos que 2021 sea mucho mejor para todos que el año que termina. Sobre todo, que podamos volver a la ansiada “normalidad” que tanto esperamos: sin restricciones de ningún tipo para reunirnos, reírnos juntos, abrazarnos y besarnos sin miedo. Y que muy pronto podamos compartir de nuevo presencialmente con vosotros nuestra música en muchos nuevos conciertos y proyectos. ¡FELIZ 2021, LLENO DE MÚSICA!

#FamiliaAllegro #QueNoPareLaMusica #UnidosEnLaDistancia